Conscientes de estas ideas, interpretamos un programa musical que se adapta a la perfección al culto, logrando una sucesión natural entre los diferentes capítulos de la liturgia y nuestra intervención.
La música engrandece la ceremonia del matrimonio aportando un justo equilibrio entre la exaltación gozosa de los presentes y el rigor de las ceremonias religiosas, añadiendo una luminosidad que se recordará siempre.
La música engrandece la ceremonia del matrimonio aportando un justo equilibrio entre la exaltación gozosa de los presentes y el rigor de las ceremonias religiosas, añadiendo una luminosidad que se recordará siempre.